Cuando nos aproximamos a la obra de
Ricaurte Soler, nos percatamos de que estamos ante una propuesta tempranamente transdisciplinaria.
Su pensamiento estuvo más allá de la demarcación disciplinaria. Se movió como
pez en el agua entre los estudios filosóficos, sociológicos e históricos. En esta
breve ponencia quiero señalar algunos vínculos de Soler con la Sociología. Fundamentalmente
quiero resaltar algunos aspectos: el positivismo de Justo Arosemena del cual
nos advierte Soler y el papel de este último en la institucionalización de la
Sociología en la Universidad de Panamá.
Uno de los
aspectos que no hemos estudiado como
corresponde es el tema del positivismo de Justo Arosemena, es precisamente
Soler quien introduce la cuestión. A Arosemena se le conoce como el padre del
derecho, de la nacionalidad etc.… sin embargo, a nadie se le ocurriría decir
padre del positivismo. Cuando buscamos en cualquier manual de historia de las
ciencias sociales o diccionario, en la entrada referida al positivismo, se le
atribuye como su formulador al francés Auguste Comte, quien escribió un libro
muy importante titulado Discurso sobre el espíritu positivo publicado en
1844. El aspecto que queremos resaltar aquí es la novedosa obra de Arosemena Apuntamientos
para la introducción a las ciencias morales y política, la cual pasó
desapercibida, cuatro años antes de la publicación de Comte y, es Soler,
precisamente quien en 1968 nuevamente edita la publicación de 1840 de Arosemena.
Nuestro pensador edita, prologa e introduce el tema. Nos indica la materia de
este libro: “la fundamentación filosófica de las ciencias sociales”.
Esto para mí fue un verdadero
descubrimiento y no apreciarlo en su justa dimensión es por nuestra ceguera
eurocéntrica. Nos dice Soler que, ni Saint- Simon, ni Comte, eran conocidos
para la fecha por Arosemena. A pesar de los límites de ese positivismo de
Arosemena para la fecha, es revolucionario con respecto a la escolástica dominante
de la época, sin embargo, este pensamiento no buscaba la transformación del
orden vigente, sino hacerlo funcionar. Más adelante como dirá Bolívar Echeverría,
el positivismo es respetuoso de este. El punto aquí esto otro, resaltar cómo
Soler vislumbró esta veta poco analizada en la amplia obra de Arosemena.
Otro aspecto poco estudiado,
porque no contamos con una historia intelectual, es el papel de Soler en la
naciente institucionalización de la Sociología en Panamá, en particular en la
Universidad de Panamá. Quiero mencionar algunos hechos que nos ayudan a vislumbrar esta orbita sociológica. El profesor José Cambra, catedrático
del Departamento de Sociología, nos comentó que cuando se creó la licenciatura
en Sociología en la Universidad de Panamá Soler fue parte de la preparación del
programa. Soler había bebido de lo mejor de las ciencias sociales y el
pensamiento de Francia, de hecho, se fue a estudiar el doctorado a la ciudad de
las luces en la misma época en que se fundaba el prestigioso Instituto de Altos
Estudios sobre América Latina y, en México, entabló una colaboración con Pablo
González Casanova, lo que le permitía tener una visión completa de lo mejor de
la sociología.
Quizá por insistencia de Soler, se
dictaba un curso sobre Materialismo histórico, que en los últimos años
antes de su eliminación en el 2016, recayó sobre la responsabilidad del doctor
Miguel Ángel Candanedo, quien en España presentó una tesis doctoral sobre el
concepto de ciencia en Marx y estudió con Jacobo Muños. A pesar del doctor
Candanedo ser crítico en algunos aspectos de Soler, principalmente a elementos
gnoseológicos en el marxismo, no dudamos de la impronta soleriana. Es decir,
hasta en estas menudencias podemos ver la influencia de Soler en la Sociología.
Por
último, voces prestantes de la Sociología en Panamá, resaltan esa órbita
sociológica en Soler. Una de las empresas editoriales más completas para
aproximarse a nuestro pensador, fue el número 400 de la Revista Lotería de
diciembre de 1994, apenas unos meses después de su muerte. Habiendo muerto el
maestro inesperadamente ese mismo año en el mes de agosto a los 62 años. Ese
número divide los trabajos de Soler en sus propuestas filosóficas, históricas y
sociológicas. En esta última, le correspondió a Enoch Adames, introducir al
tema en la sección denominada Escritos sociológicos de Ricaurte Soler,
allí resaltó su aporte en función de ese ámbito del saber y la relación con el
movimiento de las clases sociales. Entonces, aquí ya tenemos una primera pista
para comprender esta órbita señalada. En esa misma línea, Alfredo Figueroa
Navarro, remarcó las preocupaciones sociológicas de Soler desde su primera
etapa hasta su última obra, es decir, siempre estuvo estudiando lo que
podríamos denominar “presociologos”. El erudito sociólogo Figueroa Navarro
incluso nos habló de “la riqueza sociológica del meditar soleriano” e insiste
en la necesidad de “releer e inspirarse” en esa tradición, “para comprender los
retos que se plantean a la nación panameña en el siglo veintiuno”.
Estas
ricas disquisiciones que hemos pergeñado aquí de forma muy breve nos permiten a
aproximados a la órbita sociológica en Soler, no como un recurso retórico de la
academia, sino como un esfuerzo para comprendernos para la transformación
social. Soler aportó sustantivamente a un pensamiento crítico liberador. Dejó
su sello en la Sociología en nuestro medio.
POR: ABDIEL
RODRÍGUEZ REYES
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