Una de las tantas enseñanzas que nos dejó el Papa Francisco, es la importancia del cuidado en su encíclica LAUDATO SI’. Este es un tema filosófico muy importante que llevó a Martin Heidegger en Ser y tiempo dedicarle un capítulo al cuidado (Sorge en alemán). Específicamente el capítulo sexto. Para estas fechas también celebramos el día mundial de la Tierra. Para que puedan darse las condiciones de existencia de la especie humana en el planeta, es necesario una relación armoniosa entre los seres humanos y la naturaleza. De lo contrario, estaríamos acelerando el proceso de extinción de nuestra especie. Como todo fenómeno histórico tiene un inicio y final, nuestra propia existencia no será una excepción a esta regla universal. Al Francisco redimensionar el cuidado, centra el problema en la necesidad de un golpe de timón a la racionalidad capitalista destructora de todo a su paso.
Como él mismo lo señala: “si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe…el cuidado brotara de modo espontaneo” y, eso es precisamente lo que necesitamos para encarar los retos del presente, unirnos y tejer comunidad, sentirnos parte de la naturaleza como algo propio de sí, no como ajeno a ella. Si bien, “se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta”, se necesita seguir bregando en esa discusión, ese es parte del legado de Francisco, entre otras de sus reflexiones, en particular las ecológicas y su crítica al mercado, son fundamentales en estos momentos complejos de la humanidad.
Momentos donde el capitalismo avanza mientras los demás aspectos de la vida se ponen en entredicho. Falsamente se le coloca un valor de cambio a la naturaleza y sus recursos. Por lo tanto, “el cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido”, estamos cavando nuestra propia tumba como especie humana. Ante este falso dilema, de cuidar la Tierra o explotar todos los recursos para generar riquezas, optamos por cuidar la Tierra para garantizar nuestra especie, priorizando las verdaderas necesidades de las personas, en lugar de solo satisfacer al mercado capitalista. Es precisamente ese el legado de Francisco, de priorizar la dignidad humana y cuidar la Tierra para poder garantizar la existencia de la especie humana en la Tierra.
Abdiel Rodríguez Reyes

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