En los
últimos años se han muerto una cantidad considerable de científicos sociales y
humanistas. Aquí hacemos un recuento breve de al menos cuatro de ellos, los más
recientes. Consideramos que dejan un vació en las ciencias sociales y humanas difícil
de llenar. Ahora bien, cada generación se tiene que reinventar.
Marco A. Gandásegui murió en el 2020. Fue un sociólogo
panameño, estudió en Chile y Estados Unidos. Enseñó en la Universidad de Panamá
y coordinó el grupo de Estudios sobre Estados Unidos, dejó una decena de libros
publicados y era editor de la histórica revista Tareas.
Carmen Miró murió en el 2022. Fue una prestigiosa demógrafa
panameña con una exitosa carrera internacional. Fue la primera directora del
IDEN de la Universidad de Panamá. Les recomiendo la compilación de su obra: Carmen
A. Miró. América Latina, población y desarrollo de Dídimo Castillo y
Brígida García.
Miguel Ángel Candanedo murió en el 2022. Fue profesor de
Filosofía, martiano, pensador comprometido socialmente, secretario general de
la Universidad de Panamá en varios periodos y mítico orador de fondo con un
excelente manejo de la oratoria. Su obra está dispersa en decenas de artículos,
prólogos y ensayos.
Ligia Herrera Murió en el 2023. Fue una geógrafa importante
con trabajos pioneros en ese ámbito de estudio, conocedora de la “realidad
panameña”, como se resalta en el libro El país que somos, en el prólogo
de Guillermo Castro. Es recomendable y también para el caso de Miró, sus
respectivas entradas en el libro Pioneras de la ciencia en Panamá coordinado
por Eugenia Rodríguez Blanco.
Sin lugar a duda estos pensadores nos dejaron un legado
importante, pero también un gran vacío. Las nuevas generaciones
responsablemente deben asumir ese gran legado y continuarlo a la luz de los nuevos
problemas.
Abdiel Rodríguez Reyes
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