Maloney es un gran maestro. Esa categoría la tienen pocos. Lo acaban de reconocer en la Universidad de Panamá, donde enseñó por varias décadas, con la Medalla al Mérito Armando Fortune (dicho sea de paso, compiló y prologó la histórica obra selecta de este otro gran pensador), se había retirado de los claustros universitarios por la puerta grande, siendo profesor emérito, pero con una vida pública activa. Maloney es un pensador afropanameño multifacético. Descuella en la academia, en la televisión, en la organización, sin duda un pensador y activista que integra la teoría con la práctica.
Nuestro
pensador estudió en la UNAM y luego en la FLACO-Ecuador. Cuenta con un acervo
cultural como pocos y una excelente formación académica. Retorna a Panamá y está
en esos momentos germinales de la sociología. Todo sociólogo
o socióloga que se respete de serla reconocerá las virtudes de este maestro de
maestros. Su activismo, su beligerancia organizativa (al nivel de la casi perfección)
y su agudeza a la hora de pensar, solo muestra siempre su humilde sabiduría
digna de emular. Se desempeñó en muchos cargos, en el Estado, en la
Universidad, fue director del Departamento de Sociología, dirigió varias
revistas de excelencia, fue diplomático; pero lo más importante, fue un
pensador con los pies en sus raíces históricas (siempre organizando actividades
de la cultura negra, el negro panameño).
Su finura a la hora de expresar algún argumento,
siempre mesurado, siempre atento, solo es comparable con su amplia producción
intelectual la que nos rebasa en estos espacios; sin embargo, no podemos pasar
por alto mencionar algunas: Identidad cultural del negro en las Américas:
Segundo Congreso de Cultura Negra de las Américas (Coordinación); Armando
Fortune. Obras Selectas (compilación y prólogo); Nueva historia general
de Panamá (capítulo de libro); Juega Vivo (Poemas); Cuentos
Étnicos entre muchos otros ensayos y centenares de artículos. Es una pluma
afable para el deleite de la lectura.
Maloney escribió de la clase y la raza
cuando no era un tema en boga. Ahora, como decía Karl Marx: todo se desvanece
en el aire. Si le quitamos las clases a las luchas quedaremos pedaleando en el
aire y si no somos conscientes de las discriminaciones raciales y la riqueza de la diversidad estamos perdidos
antes de empezar.
Las nuevas generaciones
tienen que ponerse a estudiar a Gerardo Maloney Francis para encontrar en las coordenadas
de su pensamiento vivo las salidas alternativas en estos tiempos de melancolía
como diría Enzo Traverso.
Abdiel
Rodríguez Reyes
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