Como dice Bauman y desde el punto de vista del marxismo, la
libertad está en relación con la posición social de los actuantes. Las personas
difieren en su margen de libertad por la desigualdad social, por el desigual
acceso a los recursos y oportunidades. La libertad individual se sustenta en
fundamentos socio-estructurales y colectivos (la red de interacciones en las
que está inmerso y de las que participa el actuante; el sistema social de
significaciones).
En las condiciones en que vive cada uno, con los recursos a
que tiene acceso y de que dispone, decide y elige. Tal margen varía
considerablemente con la posición social y el lugar en la estratificación
social.
Sociologismo entonces es ignorar o desjerarquizar tal margen.
Es reducir a los condicionamientos un comportamiento que, en la situación dada,
disponía de un cierto margen de discrecionalidad, para decidir.
En las condiciones sociales de la época y la situacionalidad
personal específica, que define límites y posibilidades, somos ‘el autor’ de
nuestro de nuestras acciones. Lo que hacemos es un efecto de nuestras
intenciones, en el marco de posibilidades objetivas y percibidas. Esas
intenciones, consciencia, voluntad se forjan en la interacción social, sobre la
base de las disposiciones que se desarrollan a partir de la posición en el
campo social.
En el marco histórico, cambiante y conscientemente modificable, en que
vivimos y de nuestra posición social, disponemos de un margen de libertad, que
nos hace responsables por nuestra acción. Querer no es poder, pero es necesario
querer…
Sociologismo es, por un lado, ignorar o menospreciar las
dimensiones biogenética y neuropsicológica que subyacen a la conducta y, por
otro, reducir a determinantes sociales, explicar unilateralmente por los
condicionamientos culturales, el comportamiento de un actuante (individual o
colectivo) que en las condiciones presentes dispone de un cierto margen, mayor
o menor, para decidir, que contaba con el suficiente margen de libertad para
elegir entre varias opciones y que, por tanto, debe asumir la responsabilidad
moral por las intenciones y, al menos parte de, las consecuencias de su
actuación.
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